Prórroga en contratos de arrendamiento ¿Qué son y cuándo se utilizan?

Si necesitas una extensión de un contrato de arrendamiento, deberás solicitar una prórroga, lo que te ayudará a extender el plazo de la renta de una propiedad.
Este es un recurso muy útil, y de acuerdo a los requerimientos legales, deberás utilizar tipos concretos de prórrogas.
El día de hoy te contaremos cuáles son los diferentes tipos de prórroga, y también en qué circunstancias deberás aplicarlos.
¿Qué es una prórroga en contratos de arrendamiento?
Una prórroga en el arrendamiento de una propiedad es una extensión del contrato, la cual ayuda a ir más allá del plazo originalmente pactado.
Éstas se pueden solicitar por acuerdo entre ambas partes, todo ello establecido en la Ley Nacional de Extinción de Dominio y el Código Civil de cada estado.
Tipos de prórroga
Prórroga automática
Se utiliza cuando el contrato no especifica un plazo fijo de finalización, o bien, no se notifica la terminación del mismo en un tiempo estipulado.
En este caso, el contrato puede seguir automáticamente, y de acuerdo al Código Civil Federal, el inquilino podrá seguir usando el inmueble después del vencimiento del contrato.
Posterior a un mes, el contrato se considerará renovado, manteniendo las condiciones del contrato original.
Prórroga pactada
Este tipo de prórroga se da cuando el arrendador e inquilino, acuerdan extender el contrato antes de que éste expire.
Para esto se firma un anexo o un nuevo contrato, especificando la nueva duración y las condiciones de la extensión. Normalmente se incluyen ajustes en la renta, costos de mantenimiento, o cambios en otras cláusulas como el depósito.
Prorroga legal
Este tipo de prórroga tiene el objetivo de proteger al inquilino, sobre todo cuando el propietario no especifica con anticipación la finalización del contrato.
En este caso, el inquilino sigue pagando la renta, y el contrato entra en una prórroga.
¿Cuándo debo solicitar una prórroga?
Si estás pensando en solicitar una prórroga en tu contrato de arrendamiento, primero debes saber que esto dependerá de si eres propietario o inquilino.
Arrendatario
- Un inquilino tiene derecho a continuar en la propiedad, si el contrato tiene una cláusula de prórroga.
- Si el arrendador no notificó la finalización del contrato, el inquilino tiene derecho a una prórroga.
- El arrendatario debe seguir pagando la renta y cumplir con las condiciones del contrato.
- Si el inquilino no desea renovar, debe avisar dentro del plazo estipulado en el contrato.
Arrendador
- Puede negar la prórroga, si avisa con un mínimo de 30 días antes del vencimiento del contrato.
- El contrato se considera renovado si no avisa en el tiempo estipulado.
- Es posible renegociar las condiciones de arrendamiento.
¿Qué sucede si no hay un acuerdo de prórroga entre arrendatario y arrendador?
Si el arrendatario y el arrendador no llegan a un acuerdo, pueden suceder diferentes casos, dependiendo de las siguientes circunstancias:
Si el inquilino no desea renovar
Se debe notificar por escrito y entregar la propiedad en la fecha del vencimiento del contrato.
Si el arrendador no desea renovar
Debe notificar con tiempo al inquilino, y en caso de que éste se niegue a salir, puede recurrir a un juicio de desalojo.
Si el arrendador no avisa y el inquilino sigue en la propiedad
La renta se debe seguir pagando, y el contrato se considera en prórroga.
Conclusión
La prórroga de un contrato de arrendamiento puede darse por acuerdo u omisión del arrendador. Recuerda tener en cuenta cuál fue la última versión del contrato firmado, para saber si existe la posibilidad de extensión y evitar problemas legales más complejos en un futuro.
Como siempre, asesórate con un especialista legal para evitar contratiempos o mal entendidos.